miércoles, 4 de diciembre de 2013

Emma Martínez Ocaña: Cuerpo espiritual. Por Javier Sánchez Villegas

Martínez Ocaña, Emma: Cuerpo espiritual. Narcea, Madrid, 2009. 203 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Cuando te recomiendan un buen libro, algo dentro de ti vibra. Si lo lees y cumple todas las expectativas creadas, entonces ese libro se convierte en algo magistral. Esto es lo que me ha pasado con Cuerpo espiritual, de Emma Martínez Ocaña. A Emma la conocí hace muchísimos años en un curso de Biblia que daba ella. Para ser honestos, debería decir que fue en el primer curso de Biblia que he hecho en mi vida. Ella me abrió nuevos horizontes y caminos para adentrarme en un mundo fascinante que, todavía hoy, me tiene cautivado. ¡Cuánta riqueza encierra la Biblia! ¡Cuánto desconocimiento hay sobre ella! Es curioso que sea el libro más vendido en España y el menos leído. Según Umberto Eco, la Biblia forma parte de los GUB, es decir, de los Great Unread Books (grandes libros no leídos). Así nos va. Pero no quiero desviarme del tema. Centrémonos en el libro que nos ocupa.

Emma Martínez Ocaña, licenciada en Historia y en Teología Espiritual, es profesora de Psicología de la Religión. Psicoterapeuta individual y de grupo, orienta encuentros de integración madurez humana-madurez cristiana y Ejercicios Espirituales. Es miembro de la Institución Teresiana, de la Asociación de Teólogas Españolas y de Mujeres y Teología. Simplificando al máximo, muchos dirían de ella que forma parte de la llamada "Teología feminista". Y supongo que a mucha honra.

Bien, el libro que nos ocupa, Cuerpo espiritual, se abre con un prólogo nada menos que de José Antonio García-Monge. En él, se nos habla de la dicotomía cuerpo-espíritu (gran contribución de Platón al pensamiento occidental) y de la conveniencia de superar esa dualidad. «A muchos les extrañará el título Cuerpo Espiritual. Pensarán, tal vez, en "angelizar" el cuerpo o "rebajar" el espíritu. Lograr la síntesis no parece fácil y sin embargo es la vocación de toda mujer y todo hombre. Y es el sueño de Dios sobre la humanidad». A juicio de García-Monge, el libro de Emma quiere poner las cosas en su sitio y lo consigue. 

En la introducción, Emma hace una presentación general de su libro. Considera que «el simple enunciado del título de este libro puede parecer una paradoja o un imposible, pues cuerpo y espíritu son para muchas personas, especialmente las que tenemos ya una cierta edad y hemos sido educadas en la religión católica, dos realidades contrapuestas, incluso incompatibles». 

La trayectoria que sigue la autora es la misma que en Cuando la Palabra se hace cuerpo... en cuerpo de mujer (libro publicado también en Narcea, Madrid, 2007 y del que es continuación el que estamos presentando): «una breve descripción de cómo hacer de cada parte de nuestro cuerpo un lugar para la experiencia espiritual, con el fin de dejarse alcanzar por la Palabra y poder ser transparencia, cuerpo visible del Dios invisible, y mostrar cómo eso fue verdad en unas mujeres bíblicas. Ellas testifican, para hombres y mujeres, que es posible hacer del cuerpo un cuerpo espiritual».

Así, Emma completa algunas partes del cuerpo que dejó incompletas en el libro anterior, seguidas de algunas mujeres bíblicas:

«- Cabeza. Una mujer que sabe vincular la cabeza con el corazón: la sirofenicia. Dos mujeres que gobiernan y ejercen liderazgo en la iglesia primitiva: Febe y Junia.

- Entrañas. Lidia, una mujer de entrañas fecundas y misericordiosas. La fecundidad de las misioneras desconocidas.

- Sexo. Una pareja que hace del encuentro sexual una experiencia espiritual: los amantes del Cantar de los Cantares. María Magdalena, apóstol de los apóstoles: la ruptura de los estereotipos de género (a este respecto yo añado que ya estoy harto de escuchar que la pobre Magdalena era prostituta; por favor, leed los evangelios).

- Piel. María de Nazaret, el "Espíritu a flor de piel".
Emma Martínez Ocaña
En este libro, continúa la autora, he decidido ampliar más el desarrollo de una espiritualidad corporal, sobre todo denunciar con más fuerza y valentía las consecuencias de una antropología dualista y patriarcal y volver a Jesús de Nazaret para recuperar, de alguna manera, su mirada siempre antigua y siempre nueva (a veces no estrenada) sobre esta aparente paradoja: cuerpo espiritual.

No quería hacer esta aproximación de una manera teórica sino experiencial, narrar la travesía que yo he hecho y sigo haciendo, para salir de una cosmovisión que ha configurado mi adolescencia, juventud y gran parte de mi adultez». Por este motivo, Emma deja de ocultarse tras las figuras bíblicas y aparece a pecho descubierto en lo que es su relación profunda con Jesús. Sencillamente impresionante. Esto se da fundamentalmente en las dos primeras partes del libro, tituladas "Desde mi cuerpo de mujer, mi diálogo se hace protesta y denuncia" y "En Jesús de Nazaret descubro un nuevo horizonte".

En fin, libro escrito con un lenguaje sencillo, cercano a todo el mundo. Libro serio (acompañado de una gran bibliografía al final de la obra) que pretende abrir caminos y llegar allí donde mucha gente todavía no ha llegado. Libro no apto para pusilánimes ni para personas de mente estrecha. Libro ideal para todos aquellos que quieran ampliar sus fronteras en su búsqueda de la verdad. "La verdad os hará libres", dijo el Maestro. Es curioso, esa sensación de libertad es la que se me ha quedado una vez he terminado de leer este libro. Una última recomendación: no lo leas sin más; medita y reflexiona sobre lo leído. Déjate llevar por las cuestiones que la autora plantea a cada paso que da. Te ayudarán, seguro, en el camino de la vida. Que lo disfrutes. Hasta la próxima.


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