martes, 7 de enero de 2014

José Carlos Bermejo: Estoy en duelo. Por Javier Sánchez Villegas

Bermejo, José Carlos: Estoy en duelo. PPC (en colaboración con el Centro de Humanización de la Salud), Madrid, 2005. Colección Pastoral 15. 142 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.


Ya hace algún tiempo, allá por octubre de 2012, comentaba en el blog un libro de Dolores Aleixandre (ver aquí) en el que expresaba el dolor que se siente cuando ves que una persona querida va perdiendo sus facultades físicas o psíquicas. De hecho, el libro de Dolores me ayudó a gestionar todo ese sinfín de emociones que iban surgiendo sin control, hasta el punto de poder vivirlas e integrarlas equilibradamente (¡gracias, Dolores!). Sin embargo, nada comparable con la muerte de un ser querido. Por mucho que puedas pensar que tarde o temprano va a ocurrir, cuando llega el momento te pilla siempre "con el pie cambiado", máxime si la muerte llega rápidamente, sin avisar, y la persona querida se encontraba bien. En fin...

Sé que el tema se las trae, que normalmente no hablamos de él, que hacemos lo posible y casi lo imposible por evitarlo, pero hoy es lo que toca. Y lo hago de la mano de un libro que estaba encima de una mesa en la sala del tanatorio que nos han asignado (supongo que en todas las salas habrá uno): Estoy en duelo, de José Carlos Bermejo. Si bien al principio no le hice mucho caso (uno no está para leer ni para escribir), al cabo de unos días me lo he leído de un tirón. Y me ha encantado. Por eso me atrevo a recomendarlo en Libris Liberi.

José Carlos Bermejo, el autor, es religioso camilo y director del Centro de Humanización de la Salud (Tres Cantos, Madrid). Su larga experiencia en pastoral de la salud le avala como un gran experto en humanización de la salud, en duelo y bioética. Es también director máster en counselling, postgrado en duelo, en humanización, en gestión y en pastoral de la salud. Es profesor de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, Católica de Portugal y Camillianum de Roma. Es autor de numerosos libros (si quieres conocerle más, ve a su página web -pincha aquí-).

Este libro, dice el autor en la introducción, ha sido escrito no como un tratado sobre el duelo, sino pensando en la persona que vive la pérdida de alguien a quien amaba y que ha fallecido recientemente. Está en duelo, elabora el dolor; y el dolor vivido en soledad, sin ninguna luz, es más dolor que el dolor compartido, confrontado con la experiencia de otros semejantes y desahogado con quien está dispuesto a escuchar y caminar juntos en la solidaridad emocional.
El duelo, en todo caso, apunta en el cuaderno de la vida una nota de verdad. No permite, como otras situaciones de la vida, una negación total ni su ocultamiento. Reclama verdad. Quizá reclame nuestra verdad más grande y hermosa: el valor del amor, y nuestra verdad más trágica: la soledad radical que nos caracteriza.
En el fondo, la reflexión sobre la realidad, a la vez que nos duele, nos humaniza, nos hace más conscientes de su significado, al mismo tiempo que nos hiere más hondo.

José Carlos Bermejo
Con este libro no se pretende dar recetas para quien vive en duelo. Más bien se trata, sigue diciendo el autor, de compartir algunas reflexiones sobre el significado del duelo, sobre los tipos de duelo y el modo de vivirlos saludablemente, sobre las cosas que nos suelen ayudar y las que no, sobre cómo vivimos las implicaciones prácticas de la pérdida, como qué hacer con las cosas del difunto, los lugares que frecuentaba, la oportunidad de ir al cementerio...
Hay que pensar en el dolor sin negarlo, sin dulcificarlo, pero también sin reducirlo a una experiencia oscura y sin salida. Por eso, estas páginas están coloreadas de esperanza, esperanza de afrontamiento saludable del dolor, esperanza de aprender con ocasión del dolor, esperanza que invita a trascender lo que vemos y sentimos.
El olvido no es la clave para vivir sanamente el duelo, no. El duelo se elabora sanamente según se va aprendiendo a recordar, según se va pudiendo invertir energía en nuevos afectos, según se van dando pasos para situar al ser querido en el corazón, donde poder vivir para siempre, donde la tristeza no es la única nota de la melodía que toca entonar, sino que puede sonar también al ritmo de la esperanza.

Dividido en 7 capítulos, y de la mano de innumerables testimonios reales, José Carlos Bermejo va tocando los temas que realmente importan cuando uno ha perdido a un ser querido: "He perdido a un ser querido y me duele"; "Me dicen cosas. Unas me ayudan, otras no"; "Me hago preguntas"; "Las cosas, los lugares"; "El más allá"; "También aprendo del duelo"; y "Qué les digo a los niños". Como podéis ver, todo muy práctico y muy cercano. Nada de teorías, nada de ideas muy elaboradas. Nos presenta la realidad. Por eso este libro está en las mesas de las salas del tanatorio. Con mucho ojo. Con mucho criterio.

No quisiera terminar este comentario sin mencionar a Ramón, el padre de Cristina, mi segundo padre. Gracias por tu vida. Gracias por tu ejemplo. Te llevamos en el corazón.



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