lunes, 21 de abril de 2014

C. S. Lewis: Una pena en observación. Por Jesús Ángel Rodríguez

Lewis, C. S.: Una pena en observación. Anagrama, Barcelona, 1994 (edición original de 1960). Colección "Panorama de Narrativas" 302. 104 páginas. Traducción de Carmen Martín Gaite. Comentario realizado por Jesús Ángel Rodríguez.

Cuando dos personas te hablan el mismo día de un libro, eso quiere decir algo, tienes que leerlo lo antes posible. ¡Qué bueno tener amigos que le recomiendan a uno buenos libros! Atribuyen a Albert Einstein una frase que dice: «Una mente que ha sido estirada por nuevas ideas, nunca podrá recobrar su forma original». Estás ante un libro para crecer.

Me decían que hablaba de Dios, del amor, de la pérdida. Al día siguiente dejé a Mario Vargas Llosa y empecé con este librito. Hay que ser un gran escritor para poder decir tanto en tan pocas páginas. Yo no conocía a C. S. Lewis y me ha cautivado.

Clive Staples Lewis (Belfast, 29 Noviembre 1898 – Oxford, 22 Noviembre 1963), comúnmente conocido como  C. S. Lewis. En 1952, la poetisa norteamericana Helen Joy Davidson Gresham, católica, divorciada y comunista, apareció en la vida del cincuentón Lewis, anglicano, soltero y eminente hombre de letras británico, que daba clases en Oxford. Después de un primer encuentro en Oxford, Helen regresó a Londres y unas semanas después él la invitó a comer un día en Oxford, fue cuando empezó a fraguar la relación, ella tenía 37 y él 54. Se casaron en secreto (y así lo mantuvieron) el 23-4-56. Lamentablemente para ambos, Joy enfermó de cáncer de huesos y cuatro años después de la boda murió entre grandes dolores. La muerte de su mujer dejó a Lewis sumido en un gran dolor del que sólo pudo levantar cabeza escribiendo en cuatro cuadernos, porque consideraba que no podía seguir escribiendo eternamente y, de hecho, cuenta en el libro que el último cuaderno no estaba del todo limpio porque tenía unas notas de aritmética al final.

Leerás sobre el amor que se profesaba con H. (como la llama él en el libro). Ambos eran cristianos y esta confesionalidad se manifiesta explícitamente en el libro. No habla de Dios ni de su amor en abstracto, habla del AMOR DE DIOS real, el que eres capaz de palpar cuando te quitas todas las capas del alma y la dejas a la intemperie de Dios. También me ha impactado mucho cuando habla del silencio de Dios en los momentos en que le exigimos que nos hable. No es el libro que va a producir una conversión a un no creyente, pero, a poco que tenga sensibilidad, no le dejará indiferente.

Hay mucho dolor a la pérdida de un ser querido. Desmonta muchos comentarios que hemos oído, o incluso dicho, ante alguien que ha perdido un ser querido. Pone en palabras sentimientos que hemos tenido todos en algún momento. No me puedo resistir a poner el siguiente fragmento:
«Ni siquiera en mi imaginación soy capaz de reproducir su cara con todo detalle. Y sin embargo, el rostro extraño de cualquier extraño atisbado esta mañana entre la multitud puede presentarse ante mí con nítida perfección al cerrar los ojos por la noche. La explicación es bastante sencilla, creo yo. Los rostros de los seres a quien mejor hemos conocido, los hemos visto desde tantos ángulos, bajo tantas luces y dotados de tantas expresiones (paseando, durmiendo, riéndose, llorando, comiendo, hablando o pensando), que todas estas impresiones se nos enmarañan simultáneamente, dentro de la memoria y quedan confundidas en un simple borrón. Pero su voz está todavía viva.»
C. S. Lewis
Normalmente no mencionamos a la persona que ha traducido el libro, tal vez porque no la conozcamos, en este caso sí es conocida, Carmen Martín Gaite. No quiero hacer ningún comentario acerca de los traductores porque sería injusto decir que esta traducción está mejor hecha por ser una escritora de reconocido prestigio.

Si tienes la dura prueba de haber perdido un ser querido, de que lo intuyas que puedes perderlo, si crees en Dios, amas o has amado a alguien profundamente o simplemente disfrutar de una buena lectura, te recomiendo este libro.

Como dato curioso, el libro fue publicado inicialmente bajo el pseudónimo de N. W. Clerk para que nadie conociese quién era el verdadero autor.

La historia del libro y del matrimonio de Gresham y Lewis fue la base para el telefilme Shadowlands y la película dirigida por Richard Attenborough: Tierras de penumbra, protagonizada ésta última por Anthony Hopkins y Debra Winger.

C.S. Lewis es famoso por sus libros de Las Crónicas de Narnia.


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