viernes, 11 de septiembre de 2015

Michael Paul Gallagher: El Evangelio en la cultura actual. Por Joan Mesquida

Gallagher, Michael Paul: El Evangelio en la cultura actual. Un frescor que sorprende. Sal Terrae, Santander, 2014. Colección ST Breve 84. 95 páginas. Traducción de José Pérez Escobar. Comentario realizado por Joan Mesquida.

Corre el peligro de pasar desapercibido este librito, de apenas 90 páginas, del jesuita irlandés Michael Paul Gallagher, actualmente profesor de Teología fundamental en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Un libro breve para un tema que de mucho de sí: la reevagelización del Occidente posmoderno y las dificultades con que se encuentra la Iglesia en la consecución de ese objetivo.

Transcurridas pocas páginas, el autor nos sitúa en el contexto secularizado de la sociedad actual en la que, entre otras cosas, se ha producido "un cambio radical en la sensibilidad simbólica de las personas" (pág. 38), lo que ha provocado una apatía hacia su propia interioridad que dificulta sobremanera cualquier labor evangelizadora.

Ante esta situación, el autor propone su receta, lo que denomina el triángulo de las tres "d": disposición, decisión y diferencia. En la primera plantea la necesidad de abordar una pre-evangelización, reconociendo que esa apatía no es solo un asunto meramente intelectual que se resuelve explicando ideas o doctrinas, sino que se trata de algo existencial. Parafraseando a Newman, advierte que el rechazo de la fe no es un defecto del intelecto sino del corazón. Por tanto, antes de evangelizar, es necesario despertar el deseo de las personas, su  capacidad de asombro ante el misterio, e ir buscando momentos de tranquilidad que permitan otear caminos de oración y de escucha de la Palabra. Entonces, y solo entonces, llega la verdadera evangelización, con el terreno ya preparado para que germine la semilla que arroja el sembrador.

La segunda "d" es la de la decisión, la adhesión a esa fe que hoy solo puede entenderse como opción libre de cada persona. Finalmente, la "d" de diferencia supone la conciencia de que el cristiano no será una persona cómoda para el mundo ni se sentirá cómodo en él. Titula con acierto el autor ese capítulo 12 como "El coraje de ser diferentes", advirtiendo a su vez del peligro de quedarnos a medias, de ver la religión como algo socialmente útil o como terapia para el bienestar individual. La diferencia la marca el encuentro con Cristo. A partir de ese encuentro, la paz, la alegría o el amor adquieren nuevos significados, mucho más ricos. Pero ojo: también las ambiciones amorosas de Dios pueden resultarnos excesivas desde nuestra perspectiva mundana. Entonces nos encontramos con muchas personas que se quedan sin dar ese paso. Siguen admirando la religiosidad, pero "no poseen la convicción necesaria para atravesar el umbral y encontrarse con Cristo, que es el centro de la fe" (pág. 75). Esa también es nuestra lucha y para ello necesitamos ese coraje. Porque a partir de Cristo todo es diferente y "si reconocemos la diferencia de Jesús, entonces su capacidad de turbar y su frescor resultan inseparables" (pág. 77).

El lenguaje claro y directo del libro, así como la ausencia de notas y rigorismos académicos, lo convierten en una obra accesible a un público muy general. A ello hay que añadir su brevedad pues, como he apuntado, se trata de un libro que se lee en una tarde. Pero al acabarlo invita a una segunda lectura, más pausada, y que garantiza al lector semanas de inquieta reflexión.


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