viernes, 17 de marzo de 2017

Anónima: Una mujer en Berlín. Por Jesús Ángel Rodríguez

Anónima: Una mujer en Berlín. Anagrama, Barcelona, 2006. 328 páginas. Introducción de Hans Magnus Enzensberger. Traducción de Jorge Seca. Comentario realizado por Jesús Ángel Rodríguez.

La primera víctima en las guerras es la población civil y, en especial, las mujeres (el sexo más débil). No comparto lo de que la primera víctima de la guerra sea la verdad, por mucho que lo dijera Esquilo. Porque se asesina a la verdad para tratar de esconder lo que le ha sucedido a la población civil y no desmoralizar.

Nos encontramos ante el diario de una mujer que trabajaba en una revista y no pudo salir a tiempo de Berlín. Los rusos están cada vez más cerca. Ella se esconde en el sótano de su edificio junto con sus nuevos vecinos durante los bombardeos, porque la casa donde vivía fue destrozada por la artillería. No hay apenas suministros y todos pasan hambre. Hasta que llegan los rusos. Y, en vez de acabar la guerra para ellos, todavía lo pasa peor: sufre la sed de venganza del ejército vencedor, el soviético, con continuas violaciones. Casi todo el diario está escrito en las semanas que sucedieron después de la rendición de Berlín (2 de mayo). A pesar de eso, la ausencia de guerra no significa la paz.

Como pone en la introducción, estos “garabatos íntimos” son las “memorias del subsuelo”. No es un libro morboso. No tiene detalles escabrosos, tiene realidad cruda y dura. No es un libro para pusilánimes. Estamos acostumbrados a historias de guerra de hombres y mujeres soldados, lo que resulta novedoso –al menos para mí- es el poner el foco en la población civil y en los abusos que sufren. Nos habla de un periodo de vacío legal, y de vacío existencial, donde la supervivencia es la única condición.

Se refleja muy bien el carácter de los alemanes (por lo que he podido comprobar yo mismo) y de los rusos (por lo que me dicen). Solamente por leer cómo describe a los personajes ya merece la pena, es un placer para el que le gusta recrearse en la lectura. No son las notas de una aficionada, se trata del relato de una auténtica periodista.

Los sucesos que se narran en el libro han sido ratificados como ciertos por diversos historiadores. La crudeza de los hechos que se narran no te hará empatizar fácilmente con los personajes.

El libro es anónimo porque su autora así lo quiso, cambió nombres y situaciones para que no se pudiera concretar quién era. Según el prólogo, apareció publicado por primera vez en Estados Unidos en 1954 gracias al periodista Kurt W. Marek, a quien la autora le había confiado el manuscrito. En alemán se publicó en 1959 a cargo de una editorial suiza y fue vituperado por el público alemán que no estaba preparado para enfrentarse a unos hechos tan desagradables, y su autora no quiso que mientras ella viviera se publicara en Alemania. Según he podido leer después, la verdadera autora es Marta Hillers (1911, Krefeld, Imperio Alemán – 16 de junio de 2001, Basilea, Suiza); trabajó como periodista desde antes de la guerra y durante la guerra a las órdenes del propagandista Goebbels, aunque no perteneció al partido nazi.


No hay comentarios:

Publicar un comentario