lunes, 24 de abril de 2017

Antonio López Baeza: Carlos de Foucauld. Por Carlos Gómez-Vírseda Martínez

López Baeza, Antonio: Carlos de Foucauld. La fragancia del Evangelio. PPC, Madrid, 2016. 243 páginas. Comentario realizado por Carlos Gómez-Virseda Martínez.

Esta obra de lectura espiritual está escrita con motivo del 100º aniversario de la muerte del bienaventurado Carlos de Foucauld. Desde la primera línea, confiesa el autor la dificultad de escribir algo nuevo sobre el “hermano universal”, uno de los grandes maestros que sin duda ha marcado la espiritualidad del último siglo. Con todo, el libro consigue acercar la figura del místico misionero, que aun muriendo solo y sin compañeros, logró inspirar a muchos tras él, dando fruto como el grano de trigo que muere en la tierra.

Antonio López Baeza, desde la atalaya de su dilatada experiencia, realiza una lectura personal de “su” Carlos de Foucauld (ese es el nombre del programático primer capítulo). Se presentan textos del propio Foucauld, apuntes biográficos del soldado francés convertido en misionero, extractos de sus cartas más personales e íntimas, notas espirituales de sus diarios y retiros. Todo ello, entretejido con la propia experiencia del autor: su profunda espiritualidad deudora de los grandes místicos españoles; la sensibilidad social de quien se ha dedicado pastoralmente al mundo obrero; la preocupación postconciliar en temas sobre el futuro de la Iglesia y el diálogo con el mundo; su visión esperanzada por el talante inspirador del papa Francisco, etc.

El título expresa bien el poso que deja la lectura pausada de este libro espiritual. Una fragancia a Evangelio, en el que lo humano no se opone a lo divino, mas al contrario, lo propio divino es hacernos justamente más humanos. Este proceso se presenta al estilo de Jesús, mediante el abajamiento humilde, el servicio a los últimos, el diálogo respetuoso y la oración silenciosa ante el Absoluto. Estas claves van siendo desgranadas hondamente a lo largo de los 13 capítulos del libro, reavivando el don del hermano Foucauld en la conmemoración de su muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario