martes, 25 de noviembre de 2014

John Williams: Stoner. Por Javier Sánchez Villegas

Williams, John: Stoner. Baile del Sol, Tenerife, 2010 (edición original de 1965). Colección "Narrativa" 121. 240 páginas. Traducción de Antonio Díez Fernández. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Pues sí, me ha cautivado. Me ha dejado de piedra. Es buenísimo. No encuentro palabras. Me regalaron este libro hace un par de meses y no me sentía con ánimos de leerlo. Sin embargo, aprovechando un viaje, lo empecé y no pude parar de leer hasta terminarlo. ¿De qué va este libro? Pues va de la vida de un hombre normal y corriente, de un hombre que sueña con vivir tranquilo, con montar una familia, trabajar y ser feliz. Así, sin más.

"William Stoner entró como estudiante en la Universidad de Missouri en el año 1910, a la edad de diecinueve años. Ocho años más tarde, en pleno auge de la Primera Guerra Mundial, recibió el título de Doctorado en Filosofía y aceptó una plaza de profesor en la misma universidad, donde enseñó hasta su muerte en 1956. Nunca ascendió más allá del grado de profesor asistente y unos pocos estudiantes le recordaban vagamente después de haber ido a sus clases. Cuando murió, sus colegas donaron en su memoria un manuscrito medieval a la biblioteca de la Universidad".

Así comienza esta novela de John Williams (1922-1994), su tercera novela, escrita en el año 1965. Y tiene mucho de autobiográfico, como veremos a continuación. Williams nació y se crió en el noreste de Texas. Después de desempeñar varios empleos en periódicos y emisoras de radio, se enroló en el ejército en 1942 (en la novela, Stoner no se enrolará para continuar su carrera como profesor universitario). Varios años después de la Segunda Guerra Mundial fue a la Universidad de Denver, donde obtuvo su licenciatura en 1949 y su máster en 1950. Durante este período publicó su primera novela, Nothing but the Night (1948), y su primera colección de poemas, The Broken Landscape (1949). En otoño de 1950 Williams fue a la Universidad de Missouri, donde ejerció como profesor y obtuvo el doctorado en 1954. La segunda novela en publicarse fue Butcher's Crossing (1960). Su segundo libro de poemas, The Necessary Lie se publicó en 1965 (igual que Stoner). En este año, Williams se convirtió en editor de la revista literaria University of Denver Quaterly hasta 1970. Su última obra publicada, Augustus, fue ganadora del National Book Award de ficción en 1973. Tras jubilarse de la Universidad de Denver en 1986, se trasladó con su mujer a Fayetteville, Arkansas, hasta su muerte el 3 de marzo de 1994. Una quinta novela, The Sleep of Reason, quedó inacabada.

Sobre esta novela he leído varias críticas, una de ellas, por ejemplo, en el blog de mi amigo y compañero David Pérez Vega (Desde la ciudad sin cines). Este destaca el comentario que hizo en el ABC Cultural Rodrigo Fresán, el cual decía: Stoner es una obra maestra. Y punto”. “Repitan y tomen nota en sus cuadernos: Stoner… es… una… obra… maestra…”. Pero, ¿tiene razón? Desde mi punto de vista, sí. ¿Por qué? Pues porque es muy difícil escribir sobre la vida cotidiana, sobre una persona normal, que le pasan cosas normales, que quiere vivir feliz con su trabajo, su familia... La novela es muy lineal, no pasan grandes cosas (a la gente normal no le suelen pasar grandes cosas reseñables en novelas o en películas), no hay una trama policial, no hay giros de última hora, no hay acción que te cautive... Stoner es un tipo normal que fue a la Universidad de Missouri a estudiar Agricultura (para poder ayudar mejor a su padre, que era agricultor) y, cuando estudiaba su segundo curso, se dio de bruces con la literatura en una clase que le cautivó y le hizo cambiar de idea. A partir de ese momento se dedicó a la literatura, a su enseñanza, etc.

Por la vida de Stoner, como telón de fondo, se suceden los acontecimientos históricos más relevantes: Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial... Digamos que lo normal en su momento. Nada destacable. Tanto es así, que llegas a identificarte con él, con su historia, sus intereses... con sus valores y convicciones, con sus alegrías y sus penas, con sus aciertos y sus errores. Con su búsqueda de amor por encima de todo. ¿No estamos en este mundo para ser felices?
"Abrió el libro y, cuando lo hizo, se volvió algo ajeno. Dejó que sus dedos hojearan las páginas y sintió un hormigueo, como si estuviesen vivas. El hormigueo recorrió sus dedos y recorrió su carne y sus huesos. Fue perfectamente consciente y aguardó hasta que le poseyó, hasta que la vieja excitación parecida al terror se le fijó donde estaba. La luz del sol, entrando por la ventana, resplandecía sobre la página y no podía ver lo que allí había escrito.
Los dedos perdieron fuerza y el libro que sostenían se deslizó despacio y luego bruscamente sobre su cuerpo inmóvil, cayendo en el silencio de la habitación".
Al final, cuando terminas la novela, algo de ti sientes que se muere con Stoner. Qué delicadeza, qué suavidad, qué paz... Cuando llegue mi muerte, a mí también me gustaría morirme así, con un libro como el de Stoner en mis manos. Que lo disfrutes. Hasta la próxima.



No hay comentarios:

Publicar un comentario