viernes, 19 de diciembre de 2014

Michael Lapsley: Reconciliarse con el pasado. Por Javier García Alves

Lapsley, Michael: Reconciliarse con el pasado. Un camino desde la lucha por la libertad hacia el pasado. San Pablo, Madrid, 2014. 471 páginas. Traducción de Javier García Alves. Comentario realizado por Javier García Alves.

Hay acontecimientos en la vida de todo ser humano que marcan un antes y un después. Pero para algunas personas este punto de inflexión puede llegar a ser terriblemente decisivo.
Cuando en abril de 1990 el sacerdote anglicano Michael Lapsley fue agasajado con una fiesta de despedida en Harare (Zimbabue), antes de asumir sus funciones pastorales en la ciudad de Bulawayo, nadie podía imaginar que de lo que se estaba despidiendo en realidad era de sus dos manos, de un ojo y de un estilo de vida con autonomía plena: pocas horas más tarde, una bomba enviada por sus enemigos del régimen del apartheid sudafricano con ánimo de matarle lo sumiría en un estado de discapacidad grave y permanente.
Y, sin embargo, en palabras del propio padre Michael –como acostumbran llamarlo cariñosamente sus amigos y conocidos– «con la bomba perdí muchas cosas, pero también conservo muchas otras e incluso he salido ganando en algunos aspectos». De no haber sido por el terrible atentado que sufrió, lo más probable es que, tras el final del apartheid, él hubiera pasado a engrosar sin más la larga lista de quienes lucharon valerosamente contra un régimen perverso de segregación racial y pagaron su heroicidad con el exilio (en su caso, primero en Lesoto y luego en Zimbabue).
Tras un largo período de convalecencia, en 1992 el padre Michael pudo retornar por fin a Sudáfrica, la patria de adopción adonde le habían destinado sus superiores de la Sociedad de la Sagrada Misión (SSM) en 1973, nada más ordenarse sacerdote en su Oceanía natal.
Si al pisar suelo sudafricano por primera vez y darse de bruces con la realidad descarnada del apartheid el impacto ya había sido brutal, no lo fue menos a su regreso en 1992: lo que se encontró tras 16 años de ausencia fue una nación gravemente dañada: «dañada por lo que nos habíamos hecho mutuamente, por lo que nos habían hecho otros y por lo que nosotros habíamos omitido hacer». Fue entonces cuando tomó conciencia de que su propio quebrantamiento físico era fiel reflejo de la trayectoria de su país de adopción y cuando comenzó a perfilarse la vocación de ayuda a las víctimas de conflictos a la que ha dedicado su vida desde entonces.
La creación en 1998 del Instituto para la Sanación de los Recuerdos (Institute for Healing of Memories o IHOM) con sede en Ciudad del Cabo –del que sigue siendo director a fecha de hoy– fue la culminación de este sueño para la familia humana, que surgió de la experiencia reveladora que vivió durante su hospitalización: «Tendido en mi cama de hospital, tras perder las dos manos y un ojo y con los tímpanos destrozados, hubo algún momento en que me pregunté si no hubiera sido mejor haber muerto –comentaba el padre Michael hace unos años–. Pero, al recibir tantos mensajes de aliento procedentes del mundo entero tras mi atentado, me sentí reconfortado por el amor y las oraciones de todas las personas que pensaban en mí. Era su manera de reconocer la desgracia que me había golpeado, de reverenciar mi historia y de conferirle un contenido moral. Esto supuso un primer paso en mi proceso de recuperación». El amor y el reconocimiento que le permitieron superar su propia vivencia traumática los devuelve ahora con creces en los talleres que organiza su Instituto –no solo ya en Sudáfrica sino en otros muchos países– para quienes han sufrido los traumas más diversos: desde víctimas de conflictos bélicos y mujeres maltratadas hasta personas infectadas con el VIH/sida, reclusos o veteranos de guerra marginados.

Génesis del libro
Michael Lapsley
En la década de los 90, la lucha del padre Michael contra el apartheid ya fue objeto de un libro escrito por Michael Worsnip, autor sudafricano y antiguo compañero suyo en el sacerdocio, titulado Priest and Partisan (Sacerdote y combatiente). Sin embargo, se echaba en falta un testimonio en primera persona, que abarcara asimismo la creación del Instituto para la Sanación de los Recuerdos y su posterior proyección a escala mundial. Fueron muchas las personas que a lo largo de los años le insistieron para que pusiera por escrito sus vivencias, pero sus constantes viajes y compromisos hacían de este objetivo una misión casi imposible. Tuvo que ser su amigo y colaborador Stephen Karakashian, psicoterapeuta estadounidense de origen armenio y uno de los responsables del Instituto en Norteamérica, quien finalmente le convenció para que emprendieran esta tarea juntos: y así, tras numerosas conversaciones grabadas, transcritas y reescritas una y otra vez y gracias a una ayuda de la Fundación Rockefeller que les permitió finalizar el primer manuscrito, la obra finalmente pudo ver la luz en 2012 en Estados Unidos y en Sudáfrica, con el título Redeeming the Past.
Desde entonces se han ido sucediendo sin tregua las ediciones en otras lenguas y, en poco más de dos años, la obra se ha traducido al bosnio, alemán, español (de América y peninsular), cingalés, japonés y francés. A corto plazo se prevé una tercera edición en español (publicada en Cuba), así como ediciones en afrikáans y árabe.

El contenido
Contrariamente a lo que cabría esperar de unas memorias tradicionales, tipo best-seller, no es este un libro que pueda leerse de un tirón, ya que hay capítulos que –por su densidad o por la intensidad de los hechos descritos– invitan a una digestión más lenta.
Se trata más bien de un «libro-mosaico», tan variado en su estructura como lo es el público de distintos continentes al que va dirigido, pero donde cada lector acaba encontrando la perla que le está reservada.
Quienes no hayan tenido el privilegio de conocer personalmente al autor podrán familiarizarse con su vida a través de las partes primera y segunda, más autobiográficas. En cambio, quienes deseen profundizar más en su labor de sanación de los recuerdos se decantarán más bien por las partes tercera y cuarta, que incluyen además el testimonio de personas de perfiles muy diversos cuyas sendas en algún momento se cruzaron con la del autor. Los estudiosos del continente africano y de su historia reciente, con frecuencia harto desgarradora, encontrarán diversas crónicas de los viajes del padre Michael por este continente, aunque luego puedan seguir viajando –y soñando– por tierras latinoamericanas o australianas... El libro no hace sino reflejar la vida repleta de encuentros y anécdotas de este sacerdote andariego, con su constante trajín de maletas, que, sin embargo, no le resta un ápice a su capacidad de escucha empática, de diálogo, pero también de denuncia. Por otro lado, la simbiosis entre autor y co-autor es tal que, a través de las páginas de la obra, se percibe claramente la voz y el inconfundible sentido del humor del protagonista.

El autor con Javier García Alves
en la presentación del libro en Colombia.
La versión española
 La idea ­­–o el sueño– de una edición española del libro nació casi al mismo tiempo que la propia obra original. Hace casi cuatro años, en una de sus visitas a Luxemburgo, el padre Michael me comentó que por fin se había decidido a contar su vida y milagros (en la medida en que quepa incluir en esta última categoría la labor que desarrolla su Instituto: para mí no ofrece la menor duda). Mi reacción instantánea fue un ofrecimiento desinteresado a traducirla a la lengua de Cervantes. Por aquel entonces yo ya estaba lo bastante familiarizado con su valiosa labor como para darme cuenta de la contribución que esta podía suponer para todo el ámbito hispanohablante del planeta, donde las heridas por cicatrizar no escasean precisamente: basta pensar en las secuelas de las guerras y dictaduras latinoamericanas y de las desigualdades sociales en muchos países del continente americano, pero también en los zarpazos del terrorismo –incluido el islamista– en España y en la cantidad de heridas cerradas en falso que se remontan a la Guerra Civil.
El elemento sorpresa que me deparó este proyecto –aunque muy pronto comprendí que, cuando uno trata con personas como el padre Michael, la vida adquiere otra intensidad– fue que, aunque yo lo había imaginado como un mero trabajo de traducción, en realidad me embarqué en una larga travesía llena de peripecias, en la que el timonel no era yo sino más bien el autor del libro. Durante este viaje hubo vivencias compartidas –ambos perdimos a nuestras madres por las mismas fechas– pero en mi caso también un proceso de introspección personal. Suelo decirle al padre Michael que seguramente he tenido el privilegio de participar en el taller de sanación de los recuerdos más largo de todos los que ha organizado su Instituto, ya que el proceso de traducción de su autobiografía –que se prolongó por espacio de dos años y medio– sin duda produjo en mí unos efectos terapéuticos similares. Hubo varios momentos de zozobra, propios de un proyecto emprendido sin contar siquiera con una editorial que lo respaldara (de hecho, el encontrarla no resultó tarea fácil debido a la crisis del sector), pero desde el principio me acompañó la certeza inquebrantable de que nuestra nave llegaría a buen puerto; aunque hay que reconocer que el mérito del empujón final corresponde al propio padre Michael, secundado por el padre Leonel Narváez, presidente de la Fundación para la Reconciliación colombiana, y por los responsables de la Editorial San Pablo en Bogotá, quienes apostaron de forma decidida por el proyecto. La primera edición en lengua española vio la luz en la primavera de 2014 y fue presentada oficialmente a finales de agosto de este año en la capital colombiana, coincidiendo con la celebración del centenario de la Sociedad de San Pablo (SSP)... y, providencialmente también, con la reanudación de las conversaciones de paz de La Habana, donde por primera vez se sentaron a una misma mesa los responsables de la violencia en Colombia –las guerrillas de las FARC, los grupos paramilitares, pero también los responsables de la violencia estatal– y las víctimas. En paralelo con estas conversaciones tuvo lugar en Bogotá el primer taller de sanación de los recuerdos en lengua española, que contó con la participación de representantes de organizaciones destacadas de la sociedad civil colombiana y en el que tuve el privilegio de colaborar junto con el padre Michael.
Otro de los beneficios colaterales del éxito del libro en Colombia fue la decisión de su editorial hermana, San Pablo de España, de publicar una edición peninsular con una celeridad digna de admiración, lo que ha hecho posible que la obra desde hace unos días ya esté en venta en las librerías españolas.
Si todo va bien, el próximo mes de febrero tendremos la suerte de dar la bienvenida al padre Michael Lapsley en España, con ocasión de la presentación oficial de su autobiografía en Madrid, Sevilla y Barcelona. A todos los seguidores de este blog que estén en condiciones de acercarse a una de las tres ciudades mencionadas, no puedo sino animarles a que acudan a conocer personalmente a este «héroe de la resiliencia» y a escuchar su mensaje de reconciliación... no sin antes adquirir su libro, claro, con la tranquilidad que da la certeza de que los beneficios de su venta se destinarán íntegramente a financiar las actividades del Instituto para la Sanación de los Recuerdos por todo lo largo y ancho del planeta. Como decía Miguel Delibes, por boca de la inolvidable protagonista de su novela Cinco horas con Mario: «¿Veis como los libros también pueden servir para algo

Enlaces útiles:
www.youtube.com/watch?v=qbY1srNBB5U (documental imprescindible sobre la vida de Michael Lapsley y la creación de su Instituto, con subtítulos en español; duración: 16 minutos)

https://www.facebook.com/#!/pages/Reconciliarse-con-el-pasado-de-Michael-Lapsley/306794836183430?fref=ts (página Facebook del libro de Michael Lapsley, donde se irá publicando la información sobre su visita a España)

http://blog.sanpablo.es/2014/12/michael-lapsley-la-bomba-que-no-logro-matarme-dejo-intacta-mi-lengua-que-era-mi-unica-arma/ (blog de la Editorial San Pablo, con información adicional sobre el libro y una entrevista con el autor)

www.healing-memories.org (página web oficial del Instituto para la Sanación de los Recuerdos (IHOM), con sede en Ciudad del Cabo (Sudáfrica); contenidos exclusivamente en inglés)




2 comentarios:

  1. Eh empezado el libro hace dos días, me ah enganchado tanto que me puse a indagar hasta llegar a esta publicación y la verdad tengo ganas de empaparme de la historia todo lo posible. Gran trabajo
    Firmado: David de el Portil

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    1. Gracias, David, por tu comentario. Efectivamente, tanto el autor como el libro (y todo el trabajo que se está realizando por parte del IHOM) merecen la pena. Allí donde hay conflictos, heridas mal cerradas, etc. el mensaje de Lapsley renueva su sentido, lo cual no deja de ser impresionante. En su debilidad, el mensaje cobra más fuerza.
      Un saludo.

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