miércoles, 14 de diciembre de 2016

Vicente Ramos Centeno: Pensando con Ratzinger. Por Javier Sánchez Villegas

Vicente Ramos Centeno: Pensando con Ratzinger. Reflexiones filosóficas a partir del «Jesús de Nazaret». BAC, Madrid, 2016. Colección “Estudios y Ensayos. Filosofía” 194. 136 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

En los tiempos líquidos que corren, el mundo necesita pensamiento no solo acción. Así comienza esta obra, marcando desde el principio cuál es su finalidad: tratar algunos asuntos que son fundamentales para recrear un pensamiento que sea capaz de esclarecer nuestro presente, reconstruir la razón y conseguir que el cristianismo “no pierda su especificidad ni se trivialice, ni renuncie a su compromiso con la historia”. Para ello, su autor, Vicente Ramos Centeno (Catedrático de Filosofía de EEMM), toma como base el libro Jesús de Nazaret, de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI). A su juicio, esta es una obra de pensamiento potente, luminoso y clarificador, a favor del hombre y a favor de Dios; a favor, en definitiva, de la razón.


Los cinco capítulos en los que se divide este ensayo van describiendo un itinerario que va desde el análisis de la racionalidad del cristianismo (capítulo 1), hasta un estudio sobre la verdad liberadora (capítulo 5), en el que toma una clara distancia con todo lo que constituye la pretensión postmoderna de que la verdad está unida a la dictadura. Como consecuencia, Vicente Ramos (capítulo 2) se centra en el cristianismo como religión de la historia, la cual tiene como punto de partida el judaísmo (capítulo 3), configurando así la llamada “historia de la salvación”. Es destacable en este sentido la apuesta que hace el autor (como no puede ser de otra forma) en favor de la reconciliación entre cristianos y judíos, la cual tendrá una importancia capital en el futuro de la historia. Mientras tanto (capítulo 4), Ramos habla de un mundo que ha dejado al margen a Dios, que lo ha expulsado de su horizonte vital. El ateísmo de los siglos XIX y XX, el ateísmo humanista, apostó por un pensamiento que fuera capaz de redimir al hombre por sí mismo. Pero el ateísmo banal actual, tras el manifiesto fracaso político de los socialismos que emanaron del ateísmo anterior, simplemente busca nuevas formas de alienación que permitan una mejor dominación del pueblo, convertido ahora en lumpen, en canalla.

Con un lenguaje claro (apto para todos los públicos), directo, pero sin perder cierto rigor filosófico, Vicente Ramos concluye su obra diciendo que el mundo necesita a Dios. No se trata de hacer del cristianismo un programa político concreto para un tiempo determinado. Más bien la cuestión es hacer presente a Dios. Para conseguirlo, el cristianismo tiene que recuperar sus raíces y no dejarse disolver en los presentes tiempos líquidos. Solo así podrá llenar y dar sentido a lo que Gilles Lipovetsky llamaba “la era del vacío”.

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