martes, 23 de mayo de 2017

Daniel Innerarity: La política en tiempos de indignación. Por Daniel Izuzquiza

Innerarity, Daniel: La política en tiempos de indignación. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2015. 352 páginas. Comentario realizado por Daniel Izuzquiza.

A un intelectual se le pide que ayude a comprender su tema de análisis, en este caso la política. Y, ciertamente, Innerarity lo consigue en este libro, proponiendo además una recuperación de una política inteligente y reflexiva cuyo eslogan es: “¡Comprended!” (p. 213). Su planteamiento es honesto, equilibrado, comprometido y realista. Supone un ejercicio lúcido para entender y argumentar; lo cual, en los tiempos que corren, se agradece mucho.

El libro está estructurado en cinco partes. 
La primera se refiere a quién hace la política, con dos capítulos básicos sobre los sujetos y los partidos, y otros dos sobre la política del reconocimiento como equidad y sobre el derecho a decidir como autodeterminación cotidiana y transnacional. 
La segunda parte aborda, en cinco capítulos, la condición política. Lo más destacable en esta sección es la ambigüedad y la incertidumbre como partes ineludibles de la acción política, y quizá se echa en falta un análisis de la dinámica que impone el ritmo electoral de ciclo corto. 
La tercera parte se titula “La política en tiempos difíciles” cuyas páginas son las más propositivas y lúcidas. Si el filósofo hace el ejercicio de pasar del mito al lógos, aquí Innerarity cimienta las bases para desmontar algunos mitos de la nueva política y el señuelo de la denominada alterpolítica
Esta tarea define el núcleo de la cuarta parte del libro: desbrozar el terreno para criticar, racional y constructivamente, la democracia de proximidad, la transparencia, la moralización de la política y el binomio izquierda-derecha. Es una crítica matizada, que recupera lo mejor de lo criticado; pero ciertamente asume un realismo (la nueva agenda de una socialdemocracia liberal) que a algunos lectores dejará insatisfechos. 
La quinta y última parte está formada por un único capítulo, dedicado a la política como actividad inteligente, lo cual implica concebir sistemas capaces de aprender; o bien, en otros términos, se trataría de diseñar procesos y dinámicas de deliberación que, en el siglo XXI, puedan recibir un impulso de la mano de la tecnología. En resumen, este libro resulta provechoso e ilumina la realidad concreta, precisamente por llevarla a otro nivel de profundidad.

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