lunes, 18 de septiembre de 2017

Augusto del Noce: Modernidad. Por Salvo Collura

Del Noce, Augusto: Modernidad. Interpretación transpolítica de la historia contemporánea. Encuentro, Madrid, 2017. 85 páginas. Traducción de Amparo Lozano. Comentario realizado por Salvo Collura.

Los dos ensayos del filósofo italiano recogidos en el presente texto ofrecen una buena aproximación a la totalidad de su pensamiento y una válida llave hermenéutica para la comprensión filosófica de las actuales transformaciones históricas y políticas. La crítica al concepto de modernidad, explicitada en la primera contribución, encuentra, en la segunda, una forma de aplicación concreta, en el contexto político italiano y, especialmente, en los años del fascismo y del posfascismo. Según un análisis riguroso y un estilo argumentativo convincente y decidido, Del Noce desvela las contradicciones que están detrás de la valoración que, generalmente, se les atribuyen tanto a la filosofía cartesiana como a las que en ella se inspiran. 

El juicio de la historia de la filosofía lo entiende, por un lado, como ruptura con lo anterior, especialmente por lo que pertenece a la trascendencia de lo divino, y, por otro, como adviento y consolidación de un nuevo “paradigma”, el moderno, caracterizado por una renovada centralidad del hombre y de sus capacidades. Sin embargo, tanto la reducción racionalista de lo divino como la creciente afirmación del ateísmo, en sus diferentes matices, conlleva una ambigüedad de fondo: no todo lo anterior ha sido borrado, más bien se da una auténtica purificación y profundización de la metafísica cristiana tradicional, en una línea de pensamiento que, empezando justo por Descartes y pasando por Pascal y Vico, llega hasta Rosmini. Al mismo tiempo, se indica cómo la afirmación de un cierto nihilismo ateo puede ser entendida como la otra vertiente del pensamiento cartesiano, que, en definitiva, llega hasta Nietzsche.

La segunda aportación al texto pivota, sobre todo, alrededor del término “revolución” en su aplicación al ámbito de la filosofía política italiana entre Mussolini y Gramsci, por un lado, y Croce y Gentile, por otro. En contexto marxista, en la medida en que la revolución quiera ser superación de los valores anteriores, a primera vista, tendría que tener más que un rasgo nihilista, ya desde el principio. Pero, tanto la reflexión filosófica como, en efecto, el desarrollo histórico concreto, han enseñado que el nihilismo, más que ser comienzo del proceso revolucionario, se constituye en su resultado y en su consecuencia. De ahí que represente el “suicidio” de la misma afirmación revolucionaria, frustrando los esfuerzos de búsqueda de un “orden nuevo”. Sabiamente, Del Noce llega a afirmar que “entre el historicismo y el espíritu revolucionario hay contradicción. Como actualismo desprovisto de la posibilidad de ser pensado como verdad, el gramscismo retrocede, pasando de filosofía a ideología”. Así, la idea de revolución se podría convertir en herramienta de auto-conservación de un sistema socio-político que tiene como objetivo real sólo la conservación del poder.

En conclusión, hay que apreciar las interesantes sugerencias que el texto inspira: a pesar de los conocimientos básicos que presupone en el lector, se ofrece como momento dialéctico importante frente a muchas interpretaciones de la historia cuyo carácter axiológico no permite y no quiere mostrar su fundamentación.

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